Las tradiciones y costumbres son una manera de hacer presente lo que ocurrió o lo que se acostumbraba a hacer en tiempos pasados, son los hechos u obras que se transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita.

En el caso de la Navidad, lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo el aspecto exterior, sino su significado interior. Se debe conocer el por qué y el para qué de las tradiciones y costumbres, para así poder vivirlas intensamente.

Existen muchas tradiciones y costumbres. Tanto en el Adviento como en la Navidad, una de estas tradiciones son los villancicos.

Los primeros villancicos que se conocen fueron compuestos por los evangelizadores en el siglo V, con la finalidad de llevar la Buena Nueva a los aldeanos y campesinos que no sabían leer. Sus letras hablaban, en lenguaje popular, sobre el misterio de la encarnación, y estaban inspirados en la liturgia de la Navidad. La denominación de villancico aparece en el siglo XV, aunque hay evidencias de que ya se cantaban en el XIV.

Desde su inicio hasta la actualidad no han cambiado demasiado: la música es sencilla y sus letras son alegres y pegadizas.

Villancicos1Pero el villancico propiamente dicho es una forma musical que surge en el Renacimiento español. El origen de la palabra reside en las tonadas que cantaban los campesinos de las villas medievales. La palabra <<villancico>> deriva de <<villano>> -en latín, <<villanus>>-, término con el que originalmente se designaba a los labriegos. En España, la forma poético musical del villancico popular entre nobles y plebeyos consistía en poesías de temas sagrados o amorosos, montadas en música a tres o cuatro voces, que empleaban un sencillo contrapunto de nota contra nota. Los villancicos servían para hacer los tradicionales relatos de Navidad y otros temas bíblicos. Se empleaban en representaciones alegóricas en los atrios de las iglesias, y fueron escritos tanto por poetas populares como por autores de la talla de Juan del Encina o Lope de Vega. Los villancicos vocales, así como los que empleaban instrumentos para acompañarse, eran muy populares en la Península Ibérica. Se trataba de canciones que alternaban estribillo y estrofas.

Curiosamente, en la Andalucía árabe, existían, en los tiempos remotos de los troveros, una composición de estructura parecida llamada <<zejel>>, que alternaba estrofas, cantadas por un solista, con un estribillo que era interpretado por el coro.

La mayor parte de los villancicos del Renacimiento se encuentran recogidos en cancioneros, siendo uno de los más importantes el de la Casa de Medinaceli.

Su música es clara y sencilla. Lo más curioso es que, en su origen, el tema del villancico casi nunca tenía que ver con la Navidad: había villancicos de temas religiosos, aunque dominaban los de corte profano. Estos tenían el carácter marcado de las canciones pueblerinas: vivos, irónicos e incluso picarescos.

Los villancicos religiosos podrían haber formado parte de las representaciones medievales. Sin embargo, cuando estas fueron prohibidas en los templos, quedaron como cantos sueltos navideños.

Hoy en día, coincidiendo con las fiestas de Navidad, se interpretan villancicos de diferentes países del mundo, aunque en España es Villancicos2muy habitual que cantemos los más representativos de algunas de nuestras regiones, especialmente los de Andalucía y los de Castilla.

Y es que, aunque lo ignoremos, "El chiquirritín" o "Campana sobre campana" son andaluces, mientras que, por ejemplo, "En el portal de Belén" es un villancico típicamente castellano.

En Casarabonela hay un fuerte arraigo a los villancicos, cuyas letras han ido pasando de generación en generación, unas nativas y otras importadas por maestros y sacerdotes foráneos que desempeñaban sus trabajos en el pueblo.

Quizás el más relevante y antiguo que conozcamos sea "Cantemos al nacimiento", recopilado por Francisco Lancha y Mateo Gallego en el libro "Romances, Cantares y Decires Malagueños", de los investigadores aloreños Pepe Rosas y Pepe Morales, que achacan a los judíos que no fueron expulsados de la medina y permanecieron en la villa, fomentando la convivencia con los vencedores, que se mantuvo largo tiempo.

Llegado el cristianismo, y con él las repoblaciones, nació una rica creación folclórica, de la que elegimos una canción o villancico dedicado al Nacimiento:

"Cantemos al Nacimiento, que la cristiandad celebra

Y en altas voces diremos, ¡Viva la Sagrada Reina!

Esta Reina soberana de serafines gloriosos

Cantando su Nacimiento, celebran al niño hermoso.

Al niño hermoso celebran, los pastores de aquel valle

Y en humilde reverencia vamos todos adorarle.

A adorarle vamos todos con alegría y contento

Y en altas voces diremos ¡Viva el Santo Sacramento!

Santísimo Sacramento que estáis entre ver y eras,

Unos dicen que estáis dentro, yo digo que dentro y fuera."

En los versos anteriores existe una deformación fonética: "ver y eras" parece referirse a las vidrieras de la Iglesia, en una original versión del Misterio del Santísimo Sacramento. La canción continúa enlazando el último verso con el primero de la siguiente cuarteta:

villancicos3

"Yo digo que dentro y fuera, también quisiera saber 

Si la Virgen tuvo un niño en el portal de Belén.

En el portal de Belén ha de nacer entre flores

El señor de cielos y tierra de padres muy superiores.

Superiores son los padres, más superior es el hijo,

Que del Oriente han bajado, tres reyes al regocijo.

Tres reyes el regocijo, tres reyes a conocer

Si el señor de cielo y tierra nació para padecer.

Nació para padecer entre tiranos judíos

Para sacarnos la culpa en donde estamos <<metíos>>."

El tradicional drama cristiano sobre la vida y la muerte del Hijo de Dios alcanza en este villancico de Casarabonela su expresión más popular: solo es achacable a los judíos, que, como dice el último verso, en buen lío nos tiene metidos.

La Asociación Amigos de los Rondeles, desde su fundación en el año 1992, ha recuperado muchos villancicos antiguos, algunos incompletos y otros nuevos que hemos incorporado al repertorio, editando un pequeño libro con los mismos, para, de esta manera, evitar su desaparición, y al mismo tiempo, sirve para que la Pastoral Infantil los aprenda y lo pase a generaciones venideras.