Ermita De La Veracruz
La construcción corresponde a mediados del siglo XVIII.
Tiene una sola nave, capilla mayor con bóveda semiesférica sin decorar y un interesante camarín relativamente bien conservado. Éste presenta planta cuadrada y bóveda semiesférica sobre pechinas, desarrollando una rica decoración de yeserías.
El exterior es muy original: su fachada de ladrillo está estructurada en tres cuerpos y tres calles; el acceso actual es dintelado, y se flanquea por arcos ciegos angulares, presenta en el segundo cuerpo tres arcos tribulados, también ciegos, y espadaña en el remate con el arco de medio punto coronado, de frontón triangular y remates laterales de cerámica.
A través de su historia, la Ermita de la Veracruz, se ha utilizado para distintas funciones: a parte de la de dar Culto, en tiempos de la Guerra Civil algunos partidos políticos la utilizaron para dar sus mítines.
Gran parte de la década de los sesenta estuvieron ubicadas en ella dos escuelas para la atención de la población infantil en su enseñanza primaria.
En el año 1973, reunida la Junta de Caritas Parroquial, acuerda arbitrar un medio para promocionar laboralmente el sector femenino. El párroco D. Francisco Molina Cabrillana hizo gestiones en la Delegación de trabajo, y por medio de cursos de P.P.O. recibidos en Málaga, fue posible una capacitación en el manejo de maquinas de coser a nivel industrial.
El segundo paso a dar para el cumplimiento de éste objetivo fue habilitar la Ermita de la Veracruz, por aquel tiempo desafectada de todo culto, y en ruinas.
Con la colaboración de los vecinos del pueblo en mano de obra, materiales y aportaciones económicas, fue posible la rehabilitación y preparación de dos naves pequeñas (dada la altura de la nave, se consiguió una doble).
En el día de la patrona Nuestra Señora del Rosario del año 1975 se iniciaron los primeros trabajos con la sociedad TEXINCO, comienzos difíciles, pero dado el tesón, interés y la mejor voluntad, se fue convirtiendo aquella pequeña Cooperativa Andaluza de Confección, (que mas tarde se llamaría COBAIBA) en una gran cooperativa.
El segundo paso a dar para el cumplimiento de éste objetivo fue habilitar la Ermita de la Veracruz, por aquel tiempo desafectada de todo culto, y en ruinas.
Con la colaboración de los vecinos del pueblo en mano de obra, materiales y aportaciones económicas, fue posible la rehabilitación y preparación de dos naves pequeñas (dada la altura de la nave, se consiguió una doble).
En el día de la patrona Nuestra Señora del Rosario del año 1975 se iniciaron los primeros trabajos con la sociedad TEXINCO, comienzos difíciles, pero dado el tesón, interés y la mejor voluntad, se fue convirtiendo aquella pequeña Cooperativa Andaluza de Confección, (que mas tarde se llamaría COBAIBA) en una gran cooperativa.
Para ello, el Excmo. Ayuntamiento puso los cimientos, las paredes y el tejado para otra nave utilizando el solar adyacente: casa del Ermitaño y el pequeño huerto, en total 400 metros cuadrados.
El obispo de Málaga D. Ramón Buxarrais Ventura vendió a la Cooperativa simbólicamente por 300 pesetas (que no se llegaron a pagar), tanto el solar descrito como la misma capilla.
Por los años noventa y por exigencias del mercado, ya que la confección emigró a otros países en busca de mano de obra barata, la Cooperativa se cerró, y con ella ilusiones, esfuerzos y sacrificios.
La Cooperativa, en acuerdo asambleario, cede la ermita a la Parroquia, y el local adyacente al Ayuntamiento, siendo alcalde D. Sebastián Gómez Ponce, que durante su primer mandato rehabilita
la Ermita y quedando como está actualmente, donde una vez al mes se celebra la Santa Misa, y es sede de la Virgen de los Rondeles desde Agosto del año 2000.
Es en ese mismo año cuando, gracias al Ayuntamiento, se restaura la Capilla de la Veracruz.
La cooperativa, el Obispado y el Ayuntamiento llegan a acuerdos para devolver el edificio al culto de la Virgen de los Rondeles.
Son, por tanto, tres siglos de tradición, de cultura, de folclore, de religión de Casarabonela, pueblo suspendido entre bancales de las sierras Prieta y Alcaparaín, en la zona alta del Guadalhorce.